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Salud sexual y reproductiva en la mujer

Una buena salud sexual y reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo. Entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia.

Para mantener la salud sexual y reproductiva, las personas necesitan tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Deben estar informadas y empoderadas para autoprotegerse de las infecciones de transmisión sexual. Y cuando decidan tener hijos, las mujeres deben poder recibir atención de profesionales sanitarios expertos y deben disponer de acceso a servicios que las ayuden a tener un embarazo adecuado, un parto sin riesgo y un bebé sano.

Todas las personas tienen derecho a elegir sus opciones preferidas en el ámbito de la salud sexual y reproductiva. El UNFPA, en colaboración con una gran variedad de asociados, trabaja para lograr el objetivo del acceso universal a la salud y derechos sexuales y reproductivos, incluida la planificación familiar.

Salud reproductiva y desarrollo
El UNFPA trabaja para garantizar que la salud y los derechos sexuales y reproductivos ocupen un lugar central en el desarrollo. La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo establece una conexión clara entre la salud reproductiva, los derechos humanos y el desarrollo sostenible.

Cuando no se satisfacen las necesidades en materia de salud sexual y reproductiva, se priva a las personas del derecho a elegir opciones cruciales sobre su propio cuerpo y su futuro, lo que produce un efecto dominó en el bienestar de sus familias y de las futuras generaciones.

Y, dado que las mujeres son las que dan a luz a los hijos y que normalmente son también las responsables de alimentarlos, las cuestiones relativas a la salud y los derechos sexuales y reproductivos no pueden separarse de las relativas a la igualdad de género. Y, por efecto acumulativo, la negación de estos derechos agrava la pobreza y la desigualdad basada en el género.

Esta situación es más grave en los países en desarrollo, donde los problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva son una de las principales causas de mala salud y muerte entre las mujeres y las niñas en edad fértil. Las mujeres empobrecidas sufren de forma desproporcionada embarazos no intencionales, abortos en condiciones de riesgo, mortalidad y discapacidad maternas, infecciones de transmisión sexual (ITS), violencia de género y otros problemas relacionados con el embarazo y el parto.

Las personas jóvenes son también extremadamente vulnerables y a menudo enfrentan obstáculos que impiden su acceso a los servicios de atención de la salud sexual y reproductiva y a información en esta materia. Como ejemplo, los jóvenes se ven afectados de manera desproporcionada por el VIH.

Millones de niñas enfrentan cada año embarazos no intencionales y se ven expuestas a riesgos durante el parto o por someterse a abortos en condiciones de riesgo, todos los cuales les impiden asistir a la escuela. Por todo ello, la salud sexual y reproductiva de los adolescentes es otro de los principales temas prioritarios en los que se centran las actividades del UNFPA.

El UNFPA trabaja, asimismo, para prevenir y abordar las infecciones de transmisión sexual, que son causa de cuantiosas pérdidas de vida humanas en todo el mundo. Cada día, más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS).

Si no se diagnostican y tratan debidamente, algunas ITS, como el VIH o la sífilis, pueden ser mortales. Además, las infecciones de transmisión sexual pueden causar complicaciones durante el embarazo, tales como mortalidad fetal, infecciones congénitas, sepsis y muerte neonatal.

Del mismo modo, las infecciones de transmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH) pueden provocar la enfermedad inflamatoria de la pelvis, infertilidad y cáncer cervical, uno de los principales causantes de muertes entre las mujeres.

Un enfoque que abarque todo el ciclo vital
La salud sexual y reproductiva es una cuestión que preocupa tanto a mujeres como a hombres durante toda la vida, desde la infancia hasta la vejez. La evidencia demuestra que la salud sexual reproductiva en cualquiera de estas etapas tiene un efecto profundo sobre la salud en las fases posteriores de la vida de las personas.

El UNFPA apoya los programas adaptados para responder a las circunstancias que enfrentan las personas a lo largo de sus vidas, como son la educación sexual integral, la planificación familiar, la atención previa al embarazo, la atención prenatal y al parto sin riesgo, la atención posnatal, los servicios para prevenir las infecciones de transmisión sexual (incluido el VIH) y los servicios que facilitan la revisión, el diagnóstico y el tratamiento tempranos de las enfermedades que afectan a la salud reproductiva, incluidos el cáncer de mama y el cáncer cervical.

Para fomentar la salud sexual y reproductiva durante toda la trayectoria vital, deben reforzarse los servicios en una gran diversidad de sectores, desde los sistemas de salud (incluido el personal sanitario) y educación, hasta incluso los sistemas de transporte, que son imprescindibles para garantizar el acceso a la atención médica.

Y todas las iniciativas encaminadas a promover los servicios de salud sexual y reproductiva dependen del personal sanitario experimentado que puede prestar una atención médica temprana, respetuosa, accesible y de alta calidad, así como de infraestructuras sanitarias operativas, integración con otros servicios y la disponibilidad de suministros médicos esenciales, como anticonceptivos, medicamentos que permiten salvar vidas y equipos médicos básicos.

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