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¿Cómo conseguir una buena salud

¿Sabes cuál es el secreto para tener una buena salud y disfrutar la vida? Te lo contamos a continuación.

Cómo tener buena salud es algo que podemos preguntarnos no solo cuando enfermamos, sino que cuando estamos sanos también debemos hacer todo lo posible por mantener la calidad de vida.

Ahora, dentro del concepto de bienestar se suele englobar salud física, estabilidad emocional y psicológica. En este sentido, se dice que una persona goza de buena salud cuando tiene estas tres áreas cubiertas. Recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Pero, ¿cómo se puede lograr? ¿Cuál es el truco? En realidad, no hay más truco que la búsqueda constante de un equilibrio y la coherencia, procurando adoptar y mantener en el tiempo buenos hábitos.

Con esto hacemos referencia a todo aquello que realmente aporta beneficios a la salud de diversas maneras, tanto a corto como largo plazo. Por supuesto, hay que tener en cuenta que ningún hábito funciona por separado, sino que cada uno contribuye y potencia otros.

El cuerpo humano es muy complejo. Son diversos los aspectos que debemos observar. Pero, lo que más premia con buena salud es la coherencia y la constancia en el día a día.

Y aunque pueda haber patologías hereditarias, los buenos hábitos tienen un gran impacto en la calidad de vida de las personas. De manera particular, los mismos están referidos a cuatro grandes áreas, como veremos a continuación.

👉 1. Dieta saludable
Para el buen funcionamiento y bienestar del organismo es necesario mantener una dieta equilibrada y saludable. Al decir dieta, no nos referimos a un régimen para bajar de peso, sino a llevar una alimentación balanceada, completa en nutrientes y adecuada para las necesidades del organismo.

Dependiendo del tipo de combustible que se le dé al cuerpo, el estado de salud e incluso el ánimo vendrá a ser uno u otro. Una persona que no se alimenta adecuadamente puede mostrar mayor tendencia a sentirse mal y a presentar problemas para realizar sus distintas actividades diarias.

De igual modo, hay una clara relación entre la calidad de la dieta y el tener buena salud, de acuerdo con lo que señalan los estudios. Y de la alimentación depende el evitar problemas como el sobrepeso y la obesidad, así como los trastornos que esto acarrea.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que cada organismo es diferente. Debido a ello no es posible pautar un único tipo de alimentación para todas las personas, ya que lo que a unas les puede beneficiar, a otras les puede perjudicar, si son alérgicas o presentan intolerancia a determinados nutrientes.

Por eso, es necesario acudir a un nutricionista y seguir siempre las indicaciones del médico en relación con qué alimentos se deberían consumir, en qué cantidad, y cuáles no.

👉 Las cantidades son importantes
Todo en exceso es perjudicial; por ello, hay que procurar siempre buscar un equilibrio. Y no solo en lo que respecta a la alimentación, también en otros aspectos es necesario buscarlo, así como la coherencia.

El mejor ejemplo de esto es la sal. En pequeñas proporciones mejora el sabor de los alimentos. Sin embargo, su consumo en exceso puede ocasionar mala circulación sanguínea y patologías cardiovasculares; asimismo, se relaciona con la hipertensión.

Es recomendable que le demos prioridad a las frutas y verduras, antes que a los productos industriales. Dichos alimentos frescos no solo sacian el apetito, sino que nutren, pues aportan vitaminas necesarias para el correcto funcionamiento del organismo

Los mismos también contienen gran cantidad de fibra, lo que contribuye a regular el tránsito intestinal, entre otros aspectos, incluyendo mejorar el estado de ánimo.

También es clave para tener buena salud el consumo de cereales integrales, y no descuidar las fuentes de proteínas, como la carne o, en caso de los vegetarianos, la soja.

Alimentos que debemos evitar
Muchos productos comestibles parece que alimentan; pero en realidad ni siquiera nutren. Un ejemplo de esto son las chucherías, la bollería y los ultraprocesados.

Descubre más: 7 saludables fuentes de proteínas que deberías incluir en tu dieta

👉 2. Actividad física regular
Tener buena salud es algo que involucra, también y necesariamente, la realización de una actividad física regular, además de llevar una dieta balanceada.

Con la práctica frecuente de deporte o ejercicio obtenemos resistencia, fuerza, flexibilidad, y coordinación. Pero, además, nos ayuda a equilibrar el estado emocional. También facilita la digestión y regula el ciclo del sueño.

De acuerdo con lo que señalan las investigaciones, la realización de actividad física supone protección respecto al riesgo de sufrir problemas de salud, tales como cardiopatía isquémica, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.

En este orden de ideas, lo recomendable es ejercitar con regularidad, de manera moderada. Una actividad saludable es caminar. Una caminata de 30-40 minutos al día puede ser muy beneficiosa para todo el organismo y además ayudará a mantener un peso adecuado.

Otras actividades que se pueden realizar son yoga, pilates, senderismo, bicicleta, natación y baile. Recuerda que el mínimo semanal debe ser unos 150 minutos de actividad aeróbica.

👉 3. Hábitos saludables y no tan saludables
Si bien comer sano y hacer ejercicio es muy importante, también lo es hidratarse. Por ello, no hay que olvidarse de consumir al menos unos 6 a 8 vasos de agua a lo largo del día. Sin embargo, cada persona puede tener una necesidad de hidratación distinta, según su edad, sexo, estilo de vida, estado de salud, etc.

Descansar lo suficiente también es indispensable. De 7 a 8 horas de sueño son necesarias para que el cuerpo se reponga y para tener buena salud. Por el contrario, el mal dormir puede afectar el estado de ánimo, produciendo irritabilidad, problemas de concentración, síntomas depresivos y ansiedad.

Inclusive la vida sexual saludable es fundamental para un buen vivir. Utilizar métodos para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS) es fundamental, tomando relevancia los preservativos. La planificación familiar también es relevante para asegurar una buena salud personal y familiar a largo plazo.

En cuanto a los hábitos no saludables que debemos evitar, tenemos los siguientes:

Fumar.
Uso de drogas.
Poca moderación en el consumo de bebidas alcohólicas.
Trabajar de manera excesiva.

👉 4. Manejo del estrés
Comer sano, hidratarse adecuadamente, hacer ejercicio y descansar son hábitos que no solo cuidan de la salud física, en realidad también influyen mucho en el funcionamiento mental. Y viceversa, es decir, cuando no estamos bien emocionalmente, esto puede afectar nuestro organismo.

En tal sentido, una pauta para cuidar la salud mental y evitar enfermarnos consiste en aplicar técnicas que ayuden a gestionar el estrés. Estas pueden ir desde practicar un pasatiempo hasta salir con amigos, escuchar música o hacer bailoterapia, por ejemplo. ¡Hay diversas opciones!

Es fundamental, si queremos tener buena salud, que aprendamos a relajarnos. Demasiado estrés puede ocasionar trastornos, que van desde problemas para conciliar el sueño, hasta malestares estomacales, presión arterial alta e incluso enfermedades cardíacas.

👉 5. En la prevención está la clave
No solo es necesario que acudamos al médico únicamente cuando hay algún problema de salud. Detectar factores de riesgo es fundamental para hacer énfasis en la prevención de patologías potencialmente graves.

Por ejemplo, si existen antecedentes de diabetes mellitus en la familia, es probable que se desarrolle la enfermedad si se sigue una mala alimentación y hábitos de vida nocivos, tal y como señalan algunos estudios.

Sucede algo similar con las vacunas. Según una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunización es uno de los pilares fundamentales de la salud pública. Este proceso previene la aparición de formas graves de muchas enfermedades infecciosas: hepatitis, tuberculosis, parotiditis, rubéola, sarampión e inclusive la influenza, entre otras.

Una de las mejores maneras para favorecer la prevención es acudir regularmente al médico de familia. Una revisión anual en los adultos sanos puede ser más que suficiente para evitar problemas a largo plazo.

Salud integral, moderación y constancia
En todo lo que hemos dicho hasta ahora hay algunas cosas muy importantes que conviene puntualizar. Para comenzar, la buena salud es integral. Dicho de otro modo, si no estamos bien emocionalmente, tampoco lo estaremos físicamente.

En segundo lugar, es importante la moderación: la buena salud también es cuestión de evitar los excesos de toda índole, ya sea al comer, al beber, incluso al ejercitar.

Por último, tener una buena salud es el resultado de lo que hacemos todos los días, para bien o para mal. Así, si hay un día que nos excedemos al beber, no es tan grave; y de igual modo, si ejercitamos un solo día, tampoco nos será de mucha ayuda.

Es muy importante autoprocurarse un buen estado físico, emocional y psicológico. Y para ello, es imprescindible adoptar y mantener en el tiempo hábitos coherentes y saludables.

Piensa en lo que realmente te favorece y en la calidad de vida que te gustaría tener para poder disfrutar el día a día. ¡Ánimo y adelante!

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